jueves, 8 de mayo de 2014

Sobre las cremas de chocolate hay mucho escrito…







…pero casi siempre que necesitamos un baño o un relleno acudimos a la clásica crema de manteca. ¿Qué tal si con los mismos ingredientes elaboramos algo totalmente distinto en textura y sabor? Si a usted le gustan las revoluciones sígame con alguno de los Alfilerazos de Benavente: “La única revolución posible: meter luz en las cabezas y calor en los corazones”. Ponga a derretir 125 gramos de chocolate rallado en 2 ó 4 cucharadas de agua hirviendo. Y mézcleselos a 180 gramos de manteca ablandada y batida. Aparte, bata a bañomaría 4 huevos enteros y ½ taza de azúcar molida, hasta que esté todo espeso como sabayón. Utilice para hacerlo el brazo derecho, mientras con el izquierdo recupera su sensibilidad humana releyendo algún poema de Sixto Pondal Ríos: “Otra tarde/ Otra jornada hacia el final del tiempo./ Ya hemos hecho otra legua irremediable./ Para construir este momento/ ella me dio toda su pena./ Vivir es la tristeza de ir haciendo recuerdos…”. Ponga ahora de nuevo los pies sobre la tierra y una el batido de huevos a la mezcla de manteca, muy de a poquito. Y no haga escándalos si, en principio, le resulta una crema rica pero sin consistencia para untar. ¿Dónde está la fe? “La confianza en sí mismo es la primera clave para el éxito”. (EMERSON). Estacione la crema por unas horas en la heladera, pruébela y después respóndame si le gusta, poniéndose una mano sobre el corazón. ¿O no?... “Nunca encontré quien me amase lo suficiente para degradarme diciéndome la verdad”. (FENELON).


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