martes, 15 de julio de 2014

Masitas holandesas







Yo no sé si cuando se publique esta receta seguirá usted coqueteándole al almacenero para que le venda de contrabando azúcar blanca. Pero, como reserva moral para salvar su alma, creo que esta fórmula le vendrá de perillas: sólo lleva azúcar negra más los ingredientes necesarios como para, con poco gasto, hacer en un momento unas masitas deliciosas. ¿Qué espera para hacerlas? (“El entusiasmo es la imaginación a 40°”). Bata 6 cucharadas de azúcar negra con 5 cucharadas de manteca y 2 cucharadas de agua fría hasta obtener una crema. Entonces agréguele 1 huevo, siga batiendo, e incorpórele: 150 gramos de harina tamizada con 1 cucharadita de polvo para hornear. Cuando todo esté listo extiéndalo sobre una placa enmantecada y enharinada, dándole forma rectangular (lo más parejito posible, dejándolo de ½ cm de espesor. O un poco más, si le gustan las masitas más gordas). Entonces cocine en horno caliente hasta que la superficie este sequita (más o menos 15 minutos). Final feliz: recorte los costados para emparejar el rectángulo (y, de paso, aproveche para probar por anticipado). ¿Vio qué delicia? Luego corte el resto en cuadrados y, si tiene ganas, una vez fríos úntelos con una capa finita de glasé real o decórelas con el cartuchito como quiera. ¿Qué cómo se llama este descubrimiento fabuloso? “Janhagel”. ¿Y vio qué económicas? “Las buenas reputaciones están hechas con nada”.  (WILDE).




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